
Había una vez un niño con una enfermedad. La enfermedad era muy grave, porque tenía que comer carne cruda y roja, sino se convertía en un esqueleto. El chico fue al médico con su madre y el médico aviso a sus padres que su hijo tenía que comer carne cruda. El vio poco a poco que la enfermedad desaparecía de su hijo.
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